domingo, 29 de noviembre de 2009

"El Niño y la Madre nos esperan... "

¡Ecce ancillae Domini! Fiat mihi secundum Verbum tuum. Et Verbum caro factum est.

Adentrémonos en ese mar sin orillas y sin fondo de las maravillas de Dios. El Padre da a su Hijo, el Hijo se anonada tomando forma de siervo y el Espíritu Santo forma la Sagrada Humanidad en las entrañas purísimas de María.

El Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. ¡La fuente de la sabiduría, la Palabra del Padre en las alturas! Esta Palabra, por tu mediación, Virgen santa, se hará carne, de manera que el mismo que afirma: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí podrá afirmar igualmente: Yo salí de Dios, y aquí estoy[1].

Durante nueve meses la unión fue inquebrantable: “Mi amado era mío, y yo era de mi amado”[2]. Ante la grandeza, la Madre, enmudecía y solo sabía orar para glorificar al Padre; ante su pequeñez, se anonadaba su alma y solo se atrevía a orar para bendecir al Hijo; ante aquel piélago de luz divina que inundaba su ser, solo cabía orar, para alabar al Espíritu Santo. Oración, oración, sin interrupción, dando continuamente gracias a la Santísima Trinidad.

Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la salvación se manifiesta desde el momento de la concepción virginal de Cristo hasta su muerte[3].

Acerquémonos presurosas al Niño y a la Madre ellos nos muestran y enseñan a contemplar ese maravilloso misterio de la Encarnación, misterio de pureza, humildad y unión con Dios.

Queremos ver y veremos en cuánto seamos capaces de mantener puro nuestro corazón. “Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”[4]. Jamás acumulemos suciedad en nuestro corazón: Celos, envidia, rabia, resentimiento, desencanto… Que no nos acostumbremos a guardar este lastre, a instalamos en la hipocresía y dejar de confiar en la bondad de las y los demás. Todo esto nos vuelve despiadadamente críticas con las personas.

La Iglesia nos propone limpiar nuestra alma con el sacramento de la reconciliación y como Consagradas nos llama a insistir nosotras mismas en la conversión del alma a Dios “examinen diariamente y acérquense con frecuencia al Sacramento de la penitencia”
[5] y de acuerdo con este nuestras constituciones[6] . Su gracia y su perdón nos devuelven la pureza.

Queremos ser humildes, pero sin ser despreciadas; queremos contentarnos con lo que tenemos pero sin pasar necesidad; vivir nuestra castidad sin la mortificación de los sentidos; ser pacientes sin que nadie nos ultraje; queremos la virtud y la virtud heroica porque queremos ser santas y rehuimos los trabajos que las virtudes llevan consigo; es como si no queriendo saber nada de combates en el campo de batalla, quisiéramos ganar la guerra viviendo cómodamente en la ciudad
[7].

Bendita ¡humildad de corazón! que nos hace capaces de comprender que todo cuanto tenemos es un don de Dios, que nos enseña a compartir lo que hemos recibido vocación a la Vida Consagrada, recursos, tiempo, talentos, esperanza; que nos hace sentir que somos pequeñas ante tanto don y ante la grandeza de Dios y que nos pone en camino hacia la senda de la eternidad.

En la encarnación, Dios Padre escogió los tres “consejos evangélicos”, pobreza, castidad y obediencia, para su Hijo como la mejor manera de redimir a la humanidad.

A la humildad de corazón, se ha de sumar el ferviente deseo de unirnos con el Señor en la Eucaristía. Deseo que nace del conocimiento de nuestra debilidad y pobreza y nos impulsa a unirnos con Cristo para fortalecernos en las virtudes sobrenaturales, y enriquecernos con el alimento divino de su cuerpo y sangre.La mayor acción de gracias será aquella que prolongue aquella unión con Jesucristo durante todo el día.

Nada más recibir al Señor en nuestra alma le adoraremos desde lo más profundo de nuestros corazones; en unión con la Virgen María nos sorprenderemos ante la divina majestad de su Hijo, le alabaremos y daremos gracias por todos los dones recibidos; le ofreceremos nuestras buenas obras y deseos, junto con nuestras miserias, para que los purifique con el fuego divino de su amor misericordioso; seguiremos con íntimos coloquios con el Señor, como un amigo con su mejor amigo, sencilla y afectuosamente; pondremos atención a lo que nos diga nuestro divino Maestro y le pediremos todo cuanto necesitamos para nuestra santificación y la salvación de las almas.[8]

Si de veras queremos la unión con Dios y si queremos permanecer con aquel que nos da la vida, no podemos convertirnos como las golondrinas que cuando comienza el frío emigran a otro lugar; así que cuando tengamos problemas o luchas no nos rebelemos y abandonemos nuestra fe, nuestra consagración religiosa, dejando a un lado todo lo que en Jesucristo hemos aprendido. La perseverancia es una virtud del cristiano y cuánto más del alma Consagrada.

Pidamos la gracia de la unión transformante sin escatimar muchos esfuerzos y sacrificios, trabajando sin descanso, sin perder ni un minuto de nuestro tiempo y con correspondencia generosa a todas las gracias divinas que el Señor nos regala a cada instante.

Madre santísima concédenos la gracia de convivir con Jesús todos los instantes de la vida, haciendo de nuestras obras ordinarias, extraordinarios actos de amor a Dios y los gérmenes divinos depositados en nuestro corazón alcancen su desarrollo completo.

Un teólogo dijo una vez que el hombre más temido por el diablo es aquel que ha leído, de cabo a cabo, un solo libro religioso. ¿No se podría decir que el demonio siente respeto por la religiosa que encarna vitalmente el don de su Consagración? ¿No vale ello de manera especial en el caso de nuestro carisma Congregacional?

Preparemos nuestra Navidad en María con inefable amor. Ella nos bendiga con su Niño.

[1] San Bernardo Abad, Sermón sobre el acueducto: Opera Omnia, Oficio de Lectura 7 de Octubre
[2] Cant. 2,16
[3] LG 57
[4] Mt 5,8
[5] C 664
[6] Const. 126,127
[7] Cf. San Gregorio Magno, Moralia, 7, 28, 34


[8] Julián Jarabo Ruiz, Revista Ave María, nº 731 (Junio 2007)

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martes, 17 de noviembre de 2009

VEN, ENTRA EN LA CASA DE NAZARETH (2)

En Nazaret cada uno tiene su propia misión y ministerios. Y por ello, no dejan de ser la perfecta Trinidad en la tierra la perfecta comunidad en la vida oculta de obediencia, pobreza, virginidad y trabajo.

Contempla a Jesús “…y les estaba sujeto” (Lc 2,51). Al contemplarle crece nuestro deseo de anonadamiento, humildad y obediencia. «Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3, 16). Este es el don inconmensurable de la salvación; esta es la obra de la redención.

Contempla a María “conservando en el corazón” tanto en momentos de gozo (Belén) como de dolor (pérdida en el templo) Treinta años de fe creyendo que era Dios aquel niño tan normal y escondido. Actitud de alma contemplativa, imperturbable y serena, <<profundizando en el abismo del misterio que es el Verbo Encarnado>>.

María en el hogar bendito de Nazaret es nuestro modelo: obedeciendo a José y haciendo el oficio de Madre de Jesús se nos propone como ejemplar de súbdita y de superiora (Const. 55).

Contempla a José, “contemplativo en la acción” trabaja, descansa, habla, calla, sin perder de vista a Jesús y a la Virgen. La Clave de la santidad de José es su fe y amor ocultos en el momento presente. El espíritu de Nazaret con José debe vivirse también en la calle que es el lugar del combate, el contemplativo en la acción porque Nazaret descifra el enigma del apostolado fecundo.

Sobre Jesús recién nacido, luego niño, adolescente, joven y hombre maduro, el Padre eterno pronuncia las palabras del anuncio profético: «Yo seré para él padre y él será para mí hijo» (2S 7,14). A los ojos de los habitantes de Belén, Nazaret y Jerusalén, el padre de Jesús es José. Y el carpintero de Nazaret sabe que, de algún modo, es exactamente así. Lo sabe, porque cree en la paternidad de Dios y es consciente de haber sido llamado a compartirla en cierta medida (cf. Ef 3, 14-15).

La vida de Nazareth implica vivir el Evangelio del trabajo a imitación del trabajo artesanal de Jesús, de sus fatigas apostólicas y de su ininterrumpida labor redentora y santificadora desde su ocultamiento en el Sagrario. Nos asociamos a Él mediante el trabajo apostólico, en los oficios domésticos, en el estudio y cultivo intelectual y aún en la inactividad causada por el desgaste o enfermedad, vividos en una creciente intensidad de amor (Const. 111)

« ¡Qué gran ejemplo de convivencia cotidiana! afirmaba León XIII, refiriéndose a la Sagrada Familia. ¡Qué perfecta imagen de un hogar! Allí se vive con sencillez de costumbres y calor humano; en constante armonía de sentimientos; sin desorden, con mutuo respeto; con amor sincero, sin fingimientos, plenamente operativo por la perseverancia en el cumplimiento del deber, que tanto atrae a los que lo contemplan» (León XIII, Enc. Laetitiae sanctae). Es allí donde debemos mirar para reproducir en nuestra familia religiosa el ejemplo de Jesús, María y José.

Dominica de Nazareth, ¡vive en Nazaret! “…y todo te será ¡tan fácil! Esa felicidad que te rebosa la irás aumentando si no le niegas nada a Jesús y vives con Él dentro de tu alma. Aficiónate más y más a la vida oculta, en Nazaret, mirando a María y a José.

Ojalá que cada comunidad local y todas nuestras casas, sean los verdaderos hogares de Nazareth, sean un perfecto retrato de ese Nazaret de Palestina, donde se encuentre el silencio, la paz reine y el amor fraternal llene nuestros corazones, donde siempre se ame a Jesús en la Eucaristía y a su Madre la virgen, y donde no se halle otra cosa que amor a Cristo Jesús, amor y siempre amor.

El Señor, conceda a cada Dominica Hija de Nuestra Señora de Nazareth trabajar mucho por él en el campo de las almas de los niños, de los jóvenes de los ancianos de todas las personas que él mismo nos confía para que los llevemos siempre por el camino de la virtud y los alimentemos con el Pan sólido de su doctrina.

Que sembremos mucho y otros recojan y la recompensa sea nuestro cielo y no las vanas alabanzas de la tierra, y que cuando rendidas de fatiga, nos sintamos desfallecer, sepamos descansar a los pies del Sagrario con María y José.



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VEN, ENTRA EN LA CASA DE NAZARETH (1)


Entremos, a la dulce y bella casita de Nazaret donde están nuestros Santos modelos y observemos con atención todas sus acciones.

Todo… respira paz, tranquilidad, gozo, amor, recogimiento y oración. Sin duda allí encontraremos todo lo que necesita nuestro corazón para su tranquilidad y lo que es la verdadera dicha, José y María nos enseñan a Jesús la prenda de su amor y nos dicen: He ahí donde hemos encontrado la felicidad de que gozamos y donde deben buscar también ustedes lo que desean hallar la paz y la tranquilidad de sus conciencias, sean fieles servidoras de este Jesús, si quieren tener gozo completo, gócense solo de Él, en servirlo y amarlo cada día más.

A esto nos llamó: El espíritu de la Congregación es la imitación de la humilde vida de Jesús, María y José en Nazaret, donde se forjó la redención del mundo, y como un homenaje a la vida oculta que ellos llevaron en la tierra por la gloria del Padre celestial en su vida de humildad, pobreza, sencillez, laboriosidad, amor de Dios y del prójimo, sin ostentación ni brillo a los ojos del mundo, sino solo para complacer al Señor (Const. 68)

Nazaret, un estilo de vida caracterizado por la acogida de lo cotidiano desde el discreto servicio…sencillez de vida humildad, pobreza, que es lo mismo que sobriedad, solidaridad, encarnar la Palabra, actuar y vivir como Jesús lo haría en cada momento; unas veces en silencio; otras gritando la Buena Noticia desde los tejados; con la vida misma, amando, sirviendo, acogiendo, compartiendo, escuchando, siendo voz de los sin voz… sin pretensiones de querer transformar nada, dejando a Dios ser Dios, existiendo con los otros, manifestándoles el mayor amor; el de sentirse amados.

Estilo de vida que se identifica por tener la mirada puesta en Dios a través de la humanidad de Jesús y de todos los hambrientos, sedientos, enfermos, empobrecidos… sirviéndole a El en ellos y con ellos, haciéndole compañía, descubriendo su rostro en el encuentro personal y en el encuentro con el hermano necesitado en quien El se manifiesta: “Lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeños, a Mí me lo hicisteis” (Mt. 25, 31).

Reciban con afabilidad a los huéspedes y trátenlos con benignidad y caridad. Tengan una especial solicitud, por las hermanas que sufren alguna tribulación, diligente cuidado de las enfermas, solicitud en visitarlas,… (cf. Const.71-85)

No se puede hablar de vivir en Nazaret si no cambia nada en nuestra manera de relacionarnos con los demás; Nazaret es el lugar de la comunicación, de la escucha atenta, de la amistad y del compartir, donde se puede estar siempre discretamente en situación de servir, es la verdadera referencia a Jesús mismo, para convertir nuestra acción en un acto de amor en actitud de dar vida.

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sábado, 14 de noviembre de 2009

ANHELOS INFINITOS


¡Nazarenas! ¡Nazarenas!
las del albo escapulario que flamea
como nítida bandera por doquier:
en los campos silenciosos,
en los riscos escarpados,
en abismos insondables
si es preciso descender.

¿Dónde vais revestidas de esa túnica simbólica
con el alma florecida de azucenas,
con el cuerpo envuelto: crespones
que completan con su sombra oscura,
el contraste de esta vida noble y grande
de la Orden de pureza y penitencia?

Nazarenas que lleváis
un relicario de deseos,
un corazón que palpita en vivas llamas
solamente para Dios.
¿Dónde vais?

S.D. María Sara del Santísimo Sacramento

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martes, 10 de noviembre de 2009

"¿NO SABEN QUE,...PERO SOLAMENTE UNO RECIBE EL PREMIO ? CORRAN DE TAL MANERA QUE LO LOGREN” (1Cor 9,24)

“Cuando tengas que elegir entre dos caminos, pregúntate cuál de ellos tiene corazón.
Quien elige el camino del corazón, no se equivoca nunca” (Popol Vuh).

Tengo el gozo de expresar a cada una mi fraterno saludo e inmensa gratitud por todo el bien a la Congregación en este Ministerio de animación junto con sus hermanas que quedan en casa y no les es posible participar en el retiro anual de Gobiernos que hemos venido realizando año tras año. Este año se realizará en la Casa Madre de la Congregación del 15 al 22 de Diciembre dando inicio el 14 en la noche.

Es muy natural para nosotras recordar vivamente la predicación de Nuestra Fundadora y Cofundador en la tarea de preparación, remota y próxima que implica a cada una.

Nos conceda el Señor ese discernimiento que está entre lo auténtico y lo superficial, la virtud y el capricho. Siendo almas de intensa vida interior para estar cerca de Jesús y ser sensibles a las mociones del Espíritu. De lo contrario no se entenderá cómo dirigir a la santidad a tan gran número de religiosas y personas que se nos confían sin separarnos del recto camino.

Será suficiente decir que nuestro servicio fue un periodo de desarrollo para la Congregación. Las vocaciones se multiplicaron, la formación quedó bien asegurada con maestras fervorosas y celosas, que en las comunidades se confirmaba que las religiosas eran fieles a los santos compromisos y desempeñaban de buen grado sus estudios, sus tareas profesionales, apostólicas y los empleos necesarios para la buena marcha de las Instituciones. Que los retiros anuales daban a cada una la oportunidad de ponerse a punto y de afirmar convicciones, que sabía levantar los ánimos y devolver a ciertas religiosas al buen camino.

También será justo decir que tenía buen olfato para percibir a tiempo algunas desviaciones, que no le gustaba que las hermanas tomasen largas y disipadas recreaciones, que no se contentasen con una mesa ordinaria de sencilla frugalidad, sino que buscasen la suntuosidad, que supo prevenir ciertos abusos.

Como buena superiora, hermana y administradora se daba cuenta que a la Congregación le faltaba conocer bien la legislación y se esforzó en conocerla y hacer que se conociera.

¡Bien podría ser esa nuestra valoración al término de nuestro servicio.

Mientras tanto es importante gobernar a nuestras hermanas como a Hijas de Dios.

Con respeto a sus personas, estimulando la sumisión oblativa y la iniciativa personal. Una persona que se da cuenta de que su directora la ama es y busca sólo su bien, estará dispuesta a cualquier cosa. San Ambrosio dice que lo que más estimula el deseo de aprender, es la nobleza del profesor. Por ello conviene ser firmes pero con la conciencia clara de hacer el bien a los que nos rodean.

La formación de hábitos de vida consagrada debe ser interiorizada. Es posible que una religiosa viva en una casa de formación y se comporte muy bien: sea puntual, fervorosa, disciplinada... pero una vez concluido el período de formación y colocada en el apostolado, encontramos que su fisonomía religiosa parece que se viene abajo: no reza, falla en la vida de comunidad, en la disciplina... ¿Qué sucedió? Esta hermana vivía del ambiente pero le faltaba convicción personal.

El camino de la perfección siempre pasa a través de la cruz no puede haber santidad sin renuncia y sin combate espiritual. Si queremos progresar espiritualmente amemos la ascesis y el espíritu de mortificación que gradualmente nos irá llevando a vivir en paz y en gozo de las bienaventuranzas. Ayudémonos en este camino unas a otras.

Gracias a Dios tendremos la oportunidad de nuestro retiro espiritual fiándonos de la gracia para continuar el camino en verdad y libertad para que podamos purificar nuestro corazón y nuestra vida, reformar con decisión todo aquello que nos separa de Dios o nos aleja de él. Comprender la voluntad de Dios y como mujeres nuevas cumplir esa voluntad.

Oremos juntas durante este tiempo en la comunión de los Santos:

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh buen Jesús, óyeme!
Dentro de tus llagas escóndeme.
No permitas que me aparte de ti.
Del enemigo malo, defiéndeme.
En la hora de muerte, llámame
y mándame ir a ti,
para que con tus santos te alabe
por los siglos de los siglos. Amén

Con las hermanas de Gobiernos General y Provinciales, comisiones y subcomisiones Generales, Secretarias General y Provinciales, tendremos el Consejo ampliado el 13 y 14 de Diciembre. Las esperamos gozosa y puntualmente el 12 de Diciembre por tarde a las 16h00. El tema central será en torno al Capítulo Provincial.

Dejándolas en el Corazón de Jesús María y José las bendigo.


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¡VENGAN TAMBIÉN USTEDES A UN LUGAR APARTE A DESCANSAR...Mc, 6,31

Con mi saludo fraterno me permito convocarlas a su retiro espiritual anual de 2009 que se realizará en la Casa Madre de la Congregación del 01 al 08 de Diciembre. La llegada será el 30 de Noviembre no más tarde de las 16h00.

En su libro “Siguiéndote a Ti, Luz de la vida” en la introducción responde Monseñor Bruno Forte, predicador del retiro espiritual en el Vaticano, del 29 de febrero al 04 de marzo de 2004 a cuatro preguntas: ¿Qué son los ejercicios espirituales? ¿De dónde parten? ¿Qué finalidad tienen? ¿En compañía de quienes se viven?

Ojalá pudiéramos prepararnos a través de esa lectura o hacer una reflexión iluminada por otros documentos a nuestro alcance. Lo importante es preparar el terreno con la suficiente disponibilidad para que nuestro espíritu se abra con docilidad y libertad a fin de acoger el amor de Dios que el Espíritu Santo derrama en nuestros corazones (cf. Rom 5,5), pues sin ese amor los retiros no podrían concebirse ni vivirse.

Es así en realidad que el retiro espiritual es una bendición un momento fuerte de gracia para cada religiosa ejercitante, para la Congregación y la Iglesia entera. Es verdaderamente un tiempo precioso que Dios nos regala para que nosotras, por nuestra parte, se lo regalemos de todo corazón a El, con amor sincero, para escuchar religiosamente su Palabra, custodiadas por su Silencio, para conocer ante Él la verdad de nosotras mismas y conformarnos siempre más a su voluntad.

Los religiosos, hallarán sin duda en estos sagrados retiros una rica e inagotable mina de bienes celestiales, que todos pueden alcanzar según la necesidad de cada uno, para progresar más y más en la perfección y andar con más aliento el camino de los consejos evangélicos. Porque los Ejercicios anuales son un místico Árbol de vida
(Gen 2,9), con cuyos frutos tanto los individuos como las comunidades crecerán en aquella laudable santidad con que debe florecer toda familia religiosa (Pio XI, Mens Nostra, 1929).

Su valor en nuestro tiempo

Decía el Papa Pio XI, en su Carta Encíclica sobre los ejercicios espirituales: “La más grave enfermedad que aflige a nuestra época, siendo fuente fecunda de los males que toda persona sensata lamenta, es la ligereza e irreflexión que lleva extraviados a los hombres.

De ahí la disipación continua y vehemente en las cosas exteriores; de ahí la insaciable codicia de riquezas y placeres, que poco a poco debilita y extingue en las almas el deseo de bienes más elevados, y de tal manera las enreda en las cosas exteriores y transitorias, que no las deja elevarse a la consideración de las verdades eternas, ni de las leyes divinas, ni aun del mismo Dios, único principio y fin de todo el universo creado; el cual, no obstante, por su infinita bondad y misericordia, en nuestros mismos días y a pesar de la corrupción de costumbres que todo lo invade, no deja de atraer a los hombres hacia Sí con abundantísimas gracias.

Pues para curar esta enfermedad que tan reciamente aflige hoy a los hombres, ¿qué remedio y qué alivio mejor podríamos proponer que invitar al piadoso retiro de los Ejercicios espirituales a estas almas débiles y descuidadas de las cosas eternas? Y, ciertamente, aunque los Ejercicios espirituales no fuesen sino un corto retiro de algunos días, durante los cuales el hombre, apartado del trato ordinario de los demás y de la baraúnda de preocupaciones halla oportunidad, no para emplear dicho tiempo en una quietud ociosa, sino para meditar en los gravísimos problemas que siempre han preocupado profundamente al género humano, los problemas de su origen y de su fin, de dónde viene el hombre y adónde va; aunque sólo esto fuesen los Ejercicios espirituales, nadie dejaría de ver que de ellos pueden sacarse beneficios no pequeños.

Queridas hermanas: ¿Sentimos que es válido para nuestro tiempo?

Pero todavía estos, sirven para mucho más. Porque al obligar a la persona al trabajo interior de examinar más atentamente sus pensamientos, palabras y acciones, considerándolo todo con mayor diligencia y penetración, es admirable cuánto ayudan a las humanas facultades; de suerte que en esta insigne palestra del espíritu, el entendimiento se acostumbra a pensar con madurez y a ponderar justamente las cosas, la voluntad se fortalece en extremo, las pasiones se sujetan al dominio de la razón, la actividad toda del hombre, unida a la reflexión, se ajusta a una norma y regla fija, y el alma, finalmente, se eleva a su nativa nobleza y excelencia. Es bella esta comparación de San Gregorio Magno en su libro Pastoral: <> (S. Greg. M., Pastoral 1,3: PL 77,73).

Además de la paz interior, brota como espontáneamente otro fruto muy exquisito, que redunda egregiamente en no escaso provecho social: el ansia de ganar almas para Cristo, o lo que llamamos espíritu apostólico. Porque natural efecto de la caridad es que el alma justa, donde Dios mora por la gracia, se encienda maravillosamente en deseos de comunicar a las demás almas aquel conocimiento y aquel amor del Bien infinito que ella misma ha alcanzado y posee.

Al concluir Pio XI su carta encíclica escribe:

Si por todas partes y por todas las clases de la sociedad cristiana se difundieren y diligentemente se practicaren los Ejercicios espirituales, seguirá una regeneración espiritual; se fomentará la piedad, se robustecerán las energías religiosas, se extenderá el fructífero ministerio apostólico y, finalmente, reinará la paz en los individuos y en la sociedad.

Mientras, sereno el cielo y callada la tierra, la noche alcanzaba la mitad de su curso, en el retiro, lejos del concurso de hombres, el Verbo eterno del Padre, hecho carne, apareció a los mortales y en las regiones etéreas resonó el himno celestial: Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad (Lc 2,14).
Este pregón de la paz cristiana <>, manifestación del deseo mayor de nuestro corazón apostólico, al que intensamente se dirigen nuestras intenciones y trabajos, herirá profundamente las almas de los cristianos que, apartados del tumulto y de las vanidades del siglo, repasaren en profunda y escondida soledad las verdades de la fe y los ejemplos de Aquel que trajo la paz al mundo y se la dejó como herencia: Mi paz os doy (Jn 14,27).

La Sierva de Dios María Sara del Santísimo Sacramento nos enseñaba a pedir compañía y no hay duda que no estaremos solas. "Por el hecho de que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad.... no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra.... su solicitud fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad" ( Lumen Gentium, 49).

"No veneramos el recuerdo de los del cielo tan sólo como modelos nuestros, sino, sobre todo, para que la unión de toda la Iglesia en el Espíritu se vea reforzada por la práctica del amor fraterno. En efecto, así como la unión entre los cristianos todavía en camino nos lleva más cerca de Cristo, así la comunión con los santos nos une a Cristo, del que mana, como de Fuente y Cabeza, toda la gracia y la vida del Pueblo de Dios" (Lumen Gentium, 50).

Comencemos a pedir su compañía desde mañana día de Todos los Santos.

¿Anhelan verdaderamente su retiro espiritual? Las espero en casa con inmenso gozo y las bendigo en el Corazón de Jesús, María y José.

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domingo, 4 de octubre de 2009

EFFATÁ... Apriti!


Domenica XXIII del tempo ordinario.

OMELIA

P. Mariano Herrera Fraile, Rector del Pontificio Colegio Español San José. Roma

1.- Il riasunto di questa domenica, ascoltando la Parola, celebrando la liturgia e impegnandoci nella vita, può essere:

STARE ACCANTO ALLE PERSONE

- sperando un mondo rinnovato... “coraggio, non temete”
(Is 35, 4-7a);

- lodando Dio in fedeltà e giustizia... “rimane fedele...rende giustizia” (Sal 145, 7-10);
- coi debiti riguardi ai fratelli tutti, specialmente ai poveri
(Gc 2, 1-5);

- lasciandoci toccare dal Signore... “gli pose le dita negli orecchi...e gli toccò la lingua” (Mc 7, 31-37) “facendo bene ogni cosa”.

Le situazioni della vita ci fanno stare accanto a tante diverse persone (più oppure meno conosciute); e ogni persona, toccata dall’evento attuale della propria vita (ciascuno di noi sulla propria novità: nuovi alumni, le Suore appena arrivate, anche l’equipe responsablile con la novità di ciascuno di voi...) deve dire qualcosa di sensato agli altri e lasciarsi tocccare dagli altri: È la vita di una comunità cristiana, è la vita di questo Collegio di San Giuseppe che ci accoglie. È davvero difficile, ma è anche il nostro impegno, e un impegno gratificante e piacevole..
Dobbiamo prendere la forza per poter dire : “Coraggio…, non temete!” e non diventare banali, inopportuni, fastidiosi agli altri, ma amici, fratelli, e compagni.

2.- Una nuova comunità di Suore “Dominicane, Figlie di Nostra Signora di Nazareth”, si costituisce oggi a Roma, in questo Collegio. Benvenute e mille Grazie! Qui stanno le tre suore che saranno comunità, e anche la Superiora Generale e altre due che portano il processo diocesano della causa di canonizazione della M. Maria Sara Alvarado, la loro fondatrice.

3.- Dio non si arrende, Dio si consegna: Lui sposa e s’impegna decisamente nelle situazioni umane di ogni genere. Incrocia ogni motivo della vita con il grido profetico: “Coraggio! Non temete”. Dio si impegna nelle situazioni più difficili, si espone in prima persona, promette ciò che umanamente è insperabile. Lui lo dice e lo fa.

Israele deve raccogliere la sfida della portata salvifica di questo annuncio. Dio interviene con questo invito al coraggio e alla fiducia nella sua azione salvifica nella storia di tanti protagonisti biblici, e sempre nei momenti più decisivi, difficili e critici, umanamente esposti al limite dell’impossibile.

L’accostarsi di Dio, la sua prossimità al popolo, è motivo di profonda consolazione: è certezza di una soluzione positiva a momenti segnati dalla prova della vita. Nelle mani di Dio, anche le situazioni più difficili e nuove tornano a vivere. Tutto si risveglia, come a primavera: è uno schiudersi prorompente di ciò che ormai appariva destinato a “morire”.

La partecipazione alla salvezza annunciata da Yahwè comporta un coinvolgimento benefico di tutto e di tutti. È una creazione restaurata quella che risulta dall’intervento di Dio: viene ripristinata l’armonia perduta, e la creazione diventa un inno di lode, il solenne riconoscimento dell’intervento di Yahwè: “Ecco il vostro Dio…Egli viene a salvarvi”

4.-: Gesù, “uscito…passando…venne…”, senza esclusione geografica, coinvolgendo tutti. Gesù è deciso nel suo camminare missionario. D’improvviso, la presentazione dell’uomo sordomuto. Pregano Gesù di imporre le mani sul sordomuto: il gesto delle mani aperte esprime la signoria di Dio, la sovranità e il potere sulla natura. La reazione di Gesù rischia di diventare una pratica da “stregone”: ricorre a gesti magici e strani, pronuncia parole misteriose, quasi senza senso. La potenza di Dio (“guardando verso il cielo”) è nuovamente all’opera: dita e saliva sono gli elementi utilizzati per la nuova creazione.

Gesù, il Signore, è il Salvatore, è la presenza consolante di Dio in mezzo a noi.
I segni che egli compie riguardano i poveri, noi stessi; rispondono alle aspirazioni più profonde degli uomini, dimostra il coraggio di poter essere guariti e di poter occupare un posto nella comunità, da persone normali.

Il sordomuto è condotto fuori dalla folla: si trova solo di fronte a Gesù, come Adamo, il primo uomo plasmato ma non ancora “essere vivente” (cfr. Gen 2). E Gesù “fa passare” la sua potenza in quest’uomo malato: la vecchia creatura è recuperata, la natura è restaurata, l’alito di vita produce la “nuova creazione”, il sospiro di Gesù è un’eco della partecipazione alla sofferenza del sordomuto e premessa della guarigione:

“Effatà”. L’apertura del cielo, “dimora” di Dio, è condizione dell’apertura degli orecchi e dello scioglimento della lingua: in Gesù, irrompe “dal cielo” la potenza di Dio stesso…ed è vita! E ritorna alla comunità.

5.- Siamo una comunità nuova, aperta alla parola e alla luce di Cristo, ancora incapace di esprimere correttamente la propria fede. Ma l’incontro radicale con Gesù, oggi in quest’Eucaristia, è un itinerario di vita e di luce.

Il testo della Parola di Dio ci interpella e ci provoca a scelte personali e comunitarie, a tirarci fuori dalla mischia e dall’anonimato della folla, per “stare di fronte” al Mistero di luce che gradualmente ci introduce nell’Effatà di una vita cristiana piena, di una vita comunitaria gioiosa, d’un Collegio rinnovato per un nuovo anno accademico con il motto della fedeltà: “fedeltà di Cristo, fedeltà del sacerdote”

Il racconto di Marco conferisce un’attualità che non tramonta. Ecco l’itinerario della nostra vita che conduce verso un’acquisizione sempre più piena dell’identità, della fedeltà di Gesù Cristo, fino alla maturità dell’Ascolto e della Profezia: “Fare bene ogni cosa... fare udire i sordi e parlare i muti”.

EFFATÁ... Apriti!


Sia lodato Gesù Cristo! Sempre sia lodato!



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viernes, 2 de octubre de 2009

PROVINCIA NUESTRA SEÑORA DEL CISNE

En el corazón de María Reina, desde el fondo de mi alma doy gracias a Dios emocionada llena de gratitud por la inmensa misericordia y los incomparables designios de Dios en ese itinerario de visitas veloces pero intensas con el gozo de su fraternidad, ricas en generosidad y bendición.

¡Qué hermosos los Sagrarios de Nazaret! ¡Qué bellas las obras de la Provincia! “Recuerdo los tiempos antiguos, medito las acciones del Señor y considero la obra de sus manos”.

En un tiempo lo escuché “El trigo amontonado se pudre” y fuimos enviadas, 8 hermanas: María Elvinia Rodríguez Alfonso, Isabel López Mendoza, Trinidad Albarracín Orozco, Luz Dary García Calle Lucy Pico Ramírez, Graciela Cruz Lozano, Blanca Elvia Nieves Orduña y Gloria Isabel Huérfano Pérez. La Congregación por primera vez fuera del país, comienza la internacionalización y la difusión del carisma traspasando las fronteras “Escucha, hija, mira: Olvida tu pueblo y la casa paterna”. En otro lo viví, el Señor me permitió ser parte de esa historia de amor, 16 años de siembra y más adelante 5 meses con otra implantación, el Noviciado. En este, lo he visto, en el tiempo de su realización.

En efecto, todo lo que ahora se cumple había sido no hay duda, profetizado, con esa gran sensibilidad a la voz de Dios y amplia visión de nuestra Madre Fundadora y el impulso generoso del Padre Enrique Alberto Higuera Barrera O.P. como testamento de su vida en Nazareth que dio coraje a la Hna. María Amparo Pulido, Superiora General, para lanzarse a lo desconocido hasta entonces con todos los riesgos pero también con profundas esperanzas. Escucha y mira: Primero escucha lo que no ves, luego verás lo que escuchaste. “Lo que habíamos oído lo hemos visto”.

Contemplo la heredad del Señor, la Congregación en crecimiento, el carisma Congregacional ya difundido y sólido en la Provincia. ¡32 años! ¡Parece un sueño! Caminaré entre vosotros y seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo. De ti Señor, viene la salvación y la bendición para tu pueblo” (sal 3).

En cada Sagrario de Nazareth es la Congregación entera. Aquí es donde hemos oído y visto. El nos ha prometido la unidad y no podrá ser destruida. Esta Congregación Dios la ha fundado para siempre. “No permitas Señor que nuestros pies den un paso en falso”. Tómanos de la mano y condúcenos firmemente, todos los días de nuestra vida, por el camino de la sabiduría y de la eternidad (Sal, 139).

El primero de Agosto en el Santuario Nuestra Señora del Cisne al amanecer con tantos peregrinos en el Rosario de aurora, la eucaristía que fue suspendida por un momento después de la homilía para permitir el ingreso solemne de los priostes de las fiestas que venían desde Cuenca según lo anunció el celebrante, entraron cadenciosamente por el centro de la basílica como imagino los pastores de Belén con una gran sencillez, humidad, gran devoción, alegría y profunda piedad, sentí conmoverse mis entrañas hasta querer derramar tantas lágrimas que quedaron contenidas sintiendo la ternura infinita de Dios y el cumplimiento visible de aquellas palabras: Lo recordarán y volverán al Señor hasta de los confines del orbe; en su presencia se postrarán las familias de los pueblos.

Esa es nuestra vida, parten los peregrinos desde tantos puntos cardinales y avanzan y avanzan y atraviesan áridos valles que al paso de la peregrinación milagrosamente se transforman en verdes oasis, “como si una lluvia temprana los cubriera de bendiciones”. Siguen avanzando los peregrinos y en la medida que avanzan, de baluarte en baluarte, de altura en altura, van aumentando sus fuerzas interiores hasta dar finalmente con la vista en el monte Sión y con sus pies en la explanada del santuario, y así dar alcance a su sueño dorado: ver a Dios. Ver a la Reina y Madre.

Ya en el interior del templo con fervientes plegarias y colmados sus anhelos, después de haber saboreado la delicia de estar bajo la sombra fresca del Señor y como dicen ellos de mamita Virgen cae de su peso que "más vale un solo día en tus atrios que mil días por ahí afuera". "Prefiero ser portero/a de la casa de mi Dios que nadar en las diversiones de los mundanos”.

¡Cuánto testimonio vivo! Para los que confían, el Señor es sol, escudo, gracia y gloria. “¡Dichosos, pues, todos los hombres y mujeres que confiamos en Ti!” (Cf. Sal, 84).

Toda nuestra vida peregrina, nuestra existencia, hasta nuestro viaje a la casa del Padre. Cristo será principio, Centro, Meta. Ninguna entretención aparte o retarde nuestro camino, Consagradas por siempre y para siempre. ¡Mi corazón y mis entrañas danzan y brincan y vibran por mi Dios, el Dios de mi vida!" «Una cosa pido al Señor, y eso buscaré: habitar en la casa del Señor por todos los días de mi vida».

Formación

Como bien sabemos la formación es de todos los días, es así, cada día es una nueva oportunidad para formarnos, por eso, debemos ver el tiempo como un talento que Dios nos da y del que debemos dar cuentas. Cada día significa un paso adelante para alcanzar el ideal y desaprovecharlo es retroceder respecto a ese ideal. Cada día aunque parece que somos las mismas, somos diferentes, más santas, más humildes, más caritativas, etc.

Lo he visto asombrosamente, todo me parece que fue ayer pero cuando miro a cada una veo la obra maravillosa de Dios. Aquellas niñas pequeñas, alegría del pueblo ¡Qué lindas! Sin preocupaciones con un mundo maravilloso ante sus ojos todo por descubrir, sin deseos de hacer mal a nadie, con albura de alma, abiertas al misterio con gran sencillez y tremenda humildad por eso el Señor fijó sus ojos en ellas y las eligió por esposas y hoy… convertidas en fieles discípulas de Cristo, consagradas a El en homenaje a su vida oculta en Nazareth y en el Sagrario.

¡Cuánto bien! Una Provincia joven sostenida por pilares vivos que han permanecido en fidelidad desde el comienzo. Gracias a las hermanas que esparcen el buen olor de Cristo.

¡Qué bellas las flores de la vida que adornan el hogar de Nazareth! dulces las flores de la vida que engalanan la Congregación bendecida, dulces las flores de la vida compartida en fraternidad; dulces las flores de la vida de las aspirantes que acogidas cariñosamente se abren a la vida Consagrada en Nazareth, dulces las flores de la vida cuando de la comunidad la lámpara iluminan la noche; dulces las flores de la vida cuando con el verano llega la estación florida. Dulces las flores de la vida, que la nieve del invierno mata y dulces son las flores a las que la primavera devuelve sus colores.

Queridas hijas y hermanas la formación personal no tiene sólo un valor individual. Nos formamos para formar a los demás. La personalidad de quien forma, debe estar llena de dignidad, de sobriedad, una verdadera esposa de Cristo. Delante de ella debe haber un ambiente de respeto y veneración.

Pastoral Vocacional

Es hora de empeñarse en serio en el ejercicio de la maternidad, engendrar y fortalecer la Vida de la Provincia. La comunidad, que toma conciencia de ser llamada, al mismo tiempo es consciente de que a su vez debe llamar continuamente. De este modo se prolonga en ella la manifestación del misterio del Padre que llama, del Hijo que envía, del Espíritu Santo que consagra.

A través del anuncio del Evangelio, de la celebración de la Eucaristía y demás sacramentos, de la oración y del servicio de la caridad, que constituyen su testimonio de vida, la Congregación manifiesta su fecunda maternidad. “La vida engendra vida” (Doc. de la Iglesia 90, 13).

“La vida engendra vida. Como un terreno demuestra la riqueza de la propia linfa vital con la lozanía y frondosidad de la mies que en él se desarrolla, así una comunidad local prueba su vigor y madurez con la floración de las vocaciones que en ella logra producirse” (Cf. Juan Pablo II, Homilía 1981-05-10).

Ustedes fueron engendradas en buen vigor ¿Cómo quieren hoy hacer su vida fecunda? ¿Cómo están dispuestas a engendrar la vida?

Proyectos

Pongo en las manos de Dios sus anhelos y esperanzas que nos llenan de alegría.

¡Sigan siendo bendecidas por la misericordia de Dios!

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domingo, 23 de agosto de 2009

¿QUÉ ES UN "ALMA EUCARISTICA"?

Fundamentalmente, una persona eucarística sabe que en los dones consagrados, ya sea el pan o el vino, se encuentra la Persona amantísima de Jesucristo Nuestro Señor. Sabe que en el pan consagrado se encuentra el Cuerpo Divino del Señor y que en el vino consagrado se encuentra su Sangre; pero que en ambos, juntos o por separado, se encuentra totalmente la Divina Persona del Señor Jesús, con toda su divinidad, con todo su poder y toda su gloria, como está en el cielo, participando de la unidad trinitaria, como Dios Hijo. Esto es la Eucaristía.

¿Qué es lo que hace que esta persona se dé cuenta de esta maravilla obrada por nuestro Dios?... La Gracia. Esa comunicación permanente del hombre y la mujer con Dios que hace que se den cuenta de eso que a otros les está vedado: "Dentro de poco, los que son del mundo ya no me verán; pero ustedes me verán y vivirán porque Yo vivo" (Jn 14, 19). El Señor Jesús lo ha dicho antes de su crucifixión redentora.

Quien posee un alma eucarística no es del mundo, es de Dios. Permanece en estado de gracia siempre, y esto le impulsa a buscar continuamente cumplir con los deseos del Señor presente en la Eucaristía, del Emmanuel, Dios-con-nosotros.

Quien posee un alma eucarística, con potente impulso es lanzado/a a proclamar la gloria del Señor por el mundo, anunciando su muerte redentora pero también proclamado su resurrección; porque es el Resucitado quien nos acompaña, en la Eucaristía, en nuestro paso por el mundo.

Quien posee un alma eucarística se caracteriza por su capacidad de asombro ante el Misterio, que no es miedo ni sobresalto sino una conmoción interior ante lo grandioso por la Presencia Eucarística permanente de Nuestro Señor en el Sacramento.

Quien posee un alma eucarística, igualmente se asombra por la cercanía misteriosa de Nuestro Señor Jesucristo Sacramentado. Cercanía que hace brotar espontáneamente la alabanza desinteresada del adorador para dar gracias por el don recibido y que también suscita abundantes sentimientos de amor hacia Aquel que infinitamente nos ama.

Quien tiene alma eucarística, en su adoración y oración ante la presencia del Señor en la Eucaristía experimenta la exigencia del silencio y la contemplación. Llega un momento en que las palabras sobran y solo se da una presencia de dos que se aman.

Quien posee un alma eucarística, sin embargo querría saber qué dice el Señor de la Eucaristía. Y sabe que esta Presencia Santa le invita a buscar la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura donde se encuentra la luz que le ilumina y le hace crecer en su fe en la Eucaristía. Porque el Señor de la Eucaristía nos habla en la Sagrada Escritura y esta Escritura Santa nos habla del mismo Señor.

Quien posee un alma eucarística sabe que su culto al Señor de la Eucaristía debe ser en Espíritu y en Verdad y no pone obstáculos sino que se dispone abiertamente a dejarse guiar por el Espíritu Santo, para que su adoración al Sacramento Santísimo sea verdadera y su testimonio ante el mundo sea real.

Quien tiene un alma eucarística, después de asombrarse por el misterio amoroso de Cristo Sacramentado, se siente pobre y humilde. Primero se siente atraído por la inmensidad y grandeza del Misterio Eucarístico y después experimenta su pequeñez e impotencia porque verdaderamente la grandeza de Dios es impresionante.

Quien posee un alma eucarística vive con la esperanza de un futuro donde podrá contemplar al Señor tal como realmente es, porque ahora solo le ve con los velos de la Eucaristía, que es prenda ( anticipo) de la futura gloria.

Quien posee un alma eucarística sabe que el Señor de la Eucaristía es el Resucitado que sigue viviente entre nosotros, para darnos su propia Vida para alimentar nuestra vida y darnos aliento para llevarlo a los demás en un dinamismo evangelizador, para anunciarlo a tiempo y a destiempo entre los demás hombres y mujeres que aún no han descubierto su presencia amorosa en la Eucaristía, como fundamento de la nueva Civilización del Amor.

El que tiene alma eucarística es un profeta de la Eucaristía.

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domingo, 21 de junio de 2009

¡CINCO AÑOS EN REPÚBLICA CENTRO AFRICANA!

Al cumplir ya cinco años de ese regalo de Dios a la Congregación al abrir las puertas a la Misión Ad Gentes y respirar un aire nuevo de evangelio y de pasión por el Reino, con corazón agradecido elevo a Dios mi acción de gracias y le suplico misericordia, sabiduría y gracia.

Por una parte, vemos claros los horizontes de esta misión en África y su rápido crecimiento en esos 5 años “el sol radiante de la misión” y por otra los nubarrones y la oscuridad que quieren opacar ese sol y hacer dificultoso el camino. Con razón nuestro himno “Guerra al mundo, demonio y carne, viva Jesús triunfe el amor”.

Nos impulsa el fortalecimiento de los cimientos de un proyecto formativo que robustecerá la formación religiosa de los nuevos miembros de la Congregación avizorando, el crecimiento vigoroso de ese árbol plantado en tierra de misión.

Me alegro en el Señor por el regalo de las vocaciones ya en su primera etapa de formación inicial y las nuevas vocaciones que con la fragancia del testimonio gozoso de Consagración de cada una de las hermanas crecerá y se hará fecundo ese jardín de Nazareth, pues, las jóvenes y en general el hombre contemporáneo cree más a los testigos que a los maestros[1]; cree más en la experiencia que en la doctrina, en la vida y los hechos que en las teorías.

La mejor formación es la vida misma de cada hermana Dominica Hija de Nuestra Señora de Nazareth, la vida misma de la misionera, la de la comunidad local en espíritu de familia religiosa en Nazareth.

La misionera que, aún con todos los defectos y límites humanos, vive con sencillez el modelo de Cristo, es un signo de Dios y de las realidades trascendentales. Debe dar también testimonio de humildad, ante todo en sí misma, lo cual se traduce en la capacidad de un examen de conciencia, a nivel personal y comunitario, para corregir en los propios comportamientos lo que es antievangélico y desfigura el rostro de Cristo[2]

Sabemos bien que “Un Instituto religioso no es solamente una realidad espiritual, una comunión de almas, es también una comunidad, un cuerpo social, cuyos miembros se comprometen en una orientación apostólica común y en una forma de vida común”.

Por eso hay que evitar en toda forma cualquier tipo de individualismo que corroe y carcome el espíritu comunitario y genera cierto malestar y tensiones permanentes debilitando el espíritu religioso y haciendo que se viva muchas veces de forma fragmentada y dando lugar así al mal espíritu.

Queridas hermanas la Santísima Virgen María de Nazaret está con nosotras de manera especial y Ella, no hay duda, hermanas queridas, les concede su bendición especial con el don de la paz. Le pido siempre a Dios por medio de Ella, orando por cada una y por la misión a fin de que cada una sea portadora de paz en medio de la comunidad local a la que fueron llamadas para ser fermento de unidad en la misión.

Pero no puede haber paz mis queridas hermanas si su corazón no está con Dios y en Dios. Por eso oren, oren y oren porque la oración es el fundamento de su paz. Abran el corazón y denle el tiempo al Señor, que sea él su verdadero amigo, pues cuando se crea una verdadera amistad con Dios ninguna tempestad puede destruirla.

Gracias por responder a la llamada de Dios para esa misión, llamada a la valentía apostólica, basada en la confianza en el Espíritu ¡El protagonista de la misión! Gracias por la disponibilidad para escuchar la voz del Espíritu y por acoger los dones de fortaleza y discernimiento.

Gracias por partir y ser las primeras en hacer realidad uno de los sueños más grandes de nuestra amada Fundadora “La misión ad Gentes” sintiendo el ardor de Cristo, el profundo amor a la Iglesia y movida por el celo de las almas, inspirada en la misma caridad de Cristo y hecha de atención, ternura, compasión, acogida, disponibilidad e interés por los problemas y el sufrimiento especialmente de los más débiles y desvalidos. Llegar a todos los confines de la tierra para incendiarla en el fuego del amor de Dios, el anuncio de Cristo Salvador. No tengan miedo en reafirmar la prioridad de la donación total a la misión. “No tengas miedo…porque Yo estoy contigo”.

En ningún momento desconfío de la misericordia de Dios y mi confianza está puesta en su palabra “Os infundiré mi espíritu y viviréis” (Ez 37, 12-14). “Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa” (Sal. 129). “El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes” (Rom. 8, 8-11).

Sepan que no están solas, damos gracias y rogamos permanentemente por las misiones y las vocaciones misioneras. Sueño en un tiempo no muy lejano en una obra educativa completa propia en Bangui y en Berberati. Ayuden a gestar estas obras en discernimiento y apertura de caminos según la voluntad de Dios. “Jesús de Nazaret, Verbo de Dios hecho hombre para la salvación de todos”. El que ama desea darse a sí mismo.

[1] Cf. PABLO VI, Exh. Ap. Evangelii Nuntiandi, 41: l.c. 31-32.
[2] Cf. Juan Pablo II, Carta Encíclica, Redemptoris Missio, sobre la permanente validez del mandato misionero,
Cap. V, 41-43.

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miércoles, 27 de mayo de 2009

Aprendimos del Proceso Diocesano:


4. Que "Nadie se hace santo solo".

La respuesta a Dios es claramente personal, pero aprendemos a ser personas y llegamos a ser grandes o pequeñas personas en comunidad.

Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús, nos purifica de todo pecado (1Jn 1,7)

Es verdad que el proyecto de Dios sobre nosotros es estrictamente personal, como es estrictamente personal su amor. Y, por eso mismo, es un proyecto de amor comunitario que abarca a todos los hombres, pero no aisladamente, sino en fraterna relación de unos con otros.

El amor de Dios nunca separa; une y congrega siempre, crea cada vez lazos más estrechos y fuertes entre aquellos a los que se dirige.

“Cómo tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros para que el mundo crea que tú mes has enviado” (Jn 1,21).

En este designio divino, el presente es el tiempo del «ya, pero todavía no», tiempo de la salvación ya realizada y del camino hacia su actuación perfecta: «Hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo» (Ef. 4, 13).

El crecimiento hacia esa perfección en Cristo y, por tanto, hacia la experiencia del misterio trinitario, implica que la Pascua sólo se ha de realizar y celebrar plenamente en el reino escatológico de Dios (cf. Lc 22, 16). Pero el acontecimiento de la encarnación, de la cruz y de la resurrección constituye ya la revelación definitiva de Dios.

Ahora bien, enamorarse de Dios significa enamorarse de la Iglesia con todos sus rostros, miremos la figura de Santa Catalina de Siena, en quien el amor por Cristo, se convierte en acogida de su Esposa mística, hasta el punto de dejar de distinguir si vive para uno o para otra. Y la persona del Papa es considerada, solamente por la fe, como el “dulce Cristo sobre la tierra”.

“Cristo y la Iglesia son una misma cosa”, afirmaba con profunda intuición Juana de Arco. Y, bien pudo decir, Santa Teresa de Ávila antes de su último suspiro, como resumen de su vida: "En fin, soy hija de la Iglesia".

Así, el carisma de una fundadora o fundador, no es sino una expresión de amor por la Iglesia, que se concretiza en una Institución. Hoy reavivamos nuestro sentido de Iglesia en espíritu filial.

El significado de este acto es muy claro. Un acto que quiere ser intencionalmente luminoso, y que podría encontrar su imagen simbólica en una lámpara encendida que arde permanentemente ante el Sagrario.

Mi amor y profunda gratitud a la Sierva de Dios María Sara del Santísimo Sacramento por el amor, la disponibilidad y exquisita fidelidad y desde lo más profundo de mi ser al hogar que la engendró a la Iglesia de Bogotá en donde recibió la vida, la fe y su admirable riqueza cristiana y humana, para donarse así a la Iglesia y al mundo prolongando su vida en una familia religiosa.

Ahora la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos tiene la palabra, recibida la documentación reunida desde 1989 hasta la fecha. Esta Congregación será la encargada de revisar esta documentación y declarar “venerable” a esta Sierva de Dios, para luego iniciar los procesos respectivos de beatificación y canonización.La alegría espiritual inunda nuestra alma al celebrar este acto preludio de nuevas proclamaciones de la santidad de la Iglesia en sus hijos de Colombia.

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Aprendimos del Proceso Diocesano:


3. Que cada vida es una historia, un camino, y en él se puede leer la mano de Dios y la respuesta humana.

Recuerda IsraelRecuerda el camino que el Señor tu Dios te ha hecho recorrer durante estos días…” (Cf. Dt 4,9). Una y otra vez los profetas se esforzaban en hacer “memoria” para que el pueblo reviviese la experiencia y no perdiese su identidad.

Comprendo que el Espíritu que desde el principio ha sido la presencia activa de Dios en el mundo, condujo a Israel, después a Jesús, y ahora impulsa a la Iglesia y permanece siempre dinámico en el tiempo y en la historia de la humanidad y de cada persona. Pues, según la revelación hemos sido pensados, queridos y predestinados desde toda la eternidad.

Por eso, «Toda la vida cristiana es como una gran peregrinación hacia la casa del Padre, del cual se descubre cada día su amor incondicional por toda criatura humana, y en particular por el hijo pródigo (cf. Lc 15, 11-32). Esta peregrinación afecta a lo íntimo de la persona, prolongándose después a la comunidad creyente para alcanzar a la humanidad entera» (Tertio millennio adveniente n. 49).

El Antiguo Testamento prepara el anuncio de esta verdad a través de la compleja temática del Éxodo. El camino del pueblo elegido hacia la tierra prometida (cf. Ex 6, 6) es como un magnífico icono del camino del cristiano hacia la casa del Padre.

El Nuevo Testamento anuncia el cumplimiento de esta gran espera, señalando en Cristo al Salvador del mundo: «Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva» (Ga 4, 4-5). A la luz de este anuncio, la vida presente ya está bajo el signo de la salvación. Ésta se realiza en el acontecimiento de Jesús de Nazaret, que culmina en la Pascua, pero su realización plena tendrá lugar en la «parusía», en la última venida de Cristo.

Según el apóstol Pablo, este itinerario de salvación, que une el pasado con el presente, proyectándolo al futuro, es fruto de un designio de Dios Padre, centrado totalmente en el misterio de Cristo. Se trata del «misterio de su voluntad según el benévolo designio que en él se propuso de antemano, para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra» (Ef 1, 9-10; cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1042 ss). (Juan pablo II, 1999).

“¡Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir! Poned los ojos en el futuro, hacia el que el Espíritu os impulsa para seguir haciendo con vosotros grandes cosas”, (Juan Pablo II, VC. 110).

El devenir de cada persona está siempre marcado por una llamada única y múltiple: Llamada a existir, a creer, a acoger al amor. No temas porque te he rescatado, te he llamado por tu nombre: tú me perteneces (Is 43,1).

Una vez más, la palabra de los profetas nos informa y nos asegura que toda iniciativa viene de Dios: “Y Yo la volveré a conquistar, la llevaré al desierto y hablaré a su corazón” (Os 2,16).

Y siempre con una imagen de los profetas, he aquí la respuesta de la criatura a la iniciativa de Dios:

“Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir” (Jer. 20,7)

Jesús está en el centro de nuestro ser y de nuestra existencia. Creemos que él es “el centro de nuestra vida”. La roca viva en que se apoya todo nuestro ser y en la que nuestra vida humana y sobrenatural encuentra su perfecta consistencia y su definitivo sentido. Somos, con él, una sola vida como la vid y los sarmientos. Nuestra verdadera autonomía, o verdadera libertad, consiste en depender vitalmente de él, de Jesús, estando y manteniéndonos arraigados y entroncados en él, que es nuestra raíz y nuestro tronco vivo. El Señor de la vida, del tiempo y de la historia. (Cf. Mt 7,24-27; Lc 6,47-49; Jn 15,1-7; 1Cor 3, 10-11; Col 1,17).

Como Iglesia somos su cuerpo y él es la fuente de nuestra vida. (Col. 1,2) Sabemos que él está con nosotros hasta el fin de los tiempos (Mt 28,20).

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Aprendimos del Proceso Diocesano:


2. Que la santidad es siempre un ejercicio de mirar las virtudes

“El amor no está solo, sino acompañado de todas las verdaderas y reales virtudes”. No bastan las intenciones, no lo dicen todo los logros, es necesario "poseer las verdaderas virtudes" como decía Santa Catalina de Siena.

“Las virtudes son un signo demostrativo de que el alma no ignora haber sido creada a Imagen y semejanza de Dios, ni la nueva creación llevada a cabo por la sangre del dulce, humilde, torturado y amoroso cordero, creándola de nuevo para la gracia, la que había perdido por el pecado.

Y porque el pecado y la virtud se forjan en la voluntad, de modo que tanto es pecado o virtud cuánto la voluntad del hombre los consienten, las grandes virtudes se conquistan en el combate porque toda virtud recibe vida de la caridad y esta se nutre de la humildad.

¡Qué agradable y útil es la virtud! Se adquiere por la oración hecha en la casa del conocimiento de nosotros mismos.

El heroísmo de ellas está en la perseverancia o fidelidad que es parte inseparable de cualquier proyecto vocacional. Fidelidad que no está muy de moda en esta cultura del capricho, de lo que me apetece, de lo que me place o divierte.

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Aprendimos del Proceso Diocesano:


1. El amor de la Iglesia por la verdad.

“Vosotros sois la luz del mundo... Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que, viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5, 13,16).

"La Iglesia del amor es también la Iglesia de la verdad, entendida ante todo como fidelidad al Evangelio confiado por el Señor Jesús a los suyos" (Benedicto XVI, Catequesis del 5 de marzo de 2006).

Sus sucesores son por tanto los custodios y los testigos autorizados del depósito de la verdad entregada a la Iglesia, y parte de su misión consiste en encender y expandir en el ánimo de los cristianos y de todos los hombres el impulso y la tensión hacia la misma verdad.

Santo Tomás de Aquino "Apóstol de la verdad" Nos enseña que Toda verdad, dígala quien la diga, viene del Espíritu Santo. Supo él, reconocer en su realismo la objetividad de la verdad y su filosofía es verdaderamente la filosofía del ser y no del simple parecer.

Así, en el proceso Diocesano de la Sierva de Dios María Sara del Santísimo Sacramento se realizó una investigación seria y prolongada de búsqueda de la verdad allí donde pudiera manifestarse. Un proceso transparente revestido de amor y verdad.

Justa y ardua tarea que nunca puede darse por concluida pues será siempre útil en un mundo en que el ambiente de la sociedad (...) necesita una nueva forma de vivir y de propagar la verdad eterna del Evangelio: en la misma entraña de la sociedad, del mundo, los hijos de Dios han de brillar por sus virtudes como linternas en la oscuridad –«quasi lucernæ lucentes in caliginoso loco» (Escrivá de Balaguer, Surco 318).

Cristo Nuestro Señor nos ha enseñado la Verdad sobre Dios muriendo en la Cruz. Los santos han hecho creíble que Dios es amor, entregando la vida por amor a Dios y a los demás. La Iglesia no cesa de empeñarse en esta tarea de iluminar al mundo y sacarlo de las tinieblas de una vida sin verdad y sin sentido.

“Pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio” (1Jn 1,2)

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¡A Ti Padre nuestra alabanza por siempre!

En verdad es un acto solemne y maravilloso, un acontecimiento de gracia para toda la Iglesia, y de modo especial para la que peregrina en Colombia en medio de tantas vicisitudes y encrucijadas. Un momento de alegría en plenitud, un tiempo profundamente humano en que damos gracias a Dios Nuestro Señor, cuya bondad y misericordia ha sido extraordinariamente grande con nosotros. Gracias porque a todas sus obras se extiende su ternura y porque sus gestos de amor se han hecho elocuentes especialmente para la Congregación adorando su presencia eucarística contando con la intercesión maternal de Nuestra Señora de Nazaret, de San José su fiel esposo, de Nuestro Padre Santo Domingo, los Santos de la Orden, así como de tantos otros miembros de nuestra Iglesia Triunfante.

Gracias Señor Cardenal, la Iglesia de Colombia le agradece con profunda reverencia y con inmenso amor porque siguiendo la voz de su corazón ha tomado en buenas manos la causa de Canonización de la Fundadora de esta Congregación pequeña pero grande de miras, que hoy, desea confirmar su amor, su fidelidad, su dedicación filial y profunda gratitud a la Santa Iglesia. Gracias Señor Cardenal por compartir nuestro gozo que podemos experimentar gracias a su generosa decisión y solicitud en el impulso de los procesos que se gestan y avanzan en la Arquidiócesis.

La tarea ardua del Tribunal Diocesano aportará una contribución fundamental e importante a la gran obra del desarrollo del proceso de Canonización confiado a la Arquidiócesis de Bogotá bajo la dirección del Juez Delegado y orientaciones oportunas del Postulador y Vicepostulador.

Un breve recordatorio del proceso Diocesano brindará mayor profundidad y fortalecerá nuestra gratitud.

El 08 de Octubre de 2001 se concede el Nihil Obstat por la Santa Sede, para empezar el proceso de canonización en el Arzobispado de Bogotá. El 12 de Septiembre de 2002 en la celebración del Centenario Natalicio de la Madre María Sara en la Catedral Primada de Colombia, fue leído solemne y públicamente el decreto Introductorio de la Causa junto con el nombramiento del Tribunal.

La apertura del proceso de la causa de canonización de Madre Sara, tuvo lugar el día primero de Octubre de dos mil dos, en acto especial celebrado en el Palacio Episcopal, en la Capilla de la Anunciación y presidido por el Excelentísimo Mons. Olavio López Duque, Obispo Auxiliar de Bogotá, Vicario General de Religiosos de la Arquidiócesis, y Delegado del Eminentísimo Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, Arzobispo de Bogotá. En esta sesión los miembros del Tribunal, dieron el juramento de cumplir fielmente su oficio, se aceptó la lista de testigos presentada por el Vicepostulador, Ilustrísimo Mons. José Ignacio Ortega Franco, y se señaló el lugar y fecha para iniciar el examen de los testigos, (2002-12-02). En esta sesión actúo como Notario el Canciller de la Curia, Reverendo Padre Alberto Forero. Acompañaron las Hermanas de Consejo General.

Celebrada esta primera sesión, llamada “de primordialibus”, quedó instaurado canónicamente el proceso.

El 13 de Septiembre de 2006 el tribunal recibe del Vicepostulador la prueba documental y aceptada fue introducida al proceso.
El 5 de febrero de 2008 el Tribunal Eclesiástico visita la tumba y lugares en que vivió y murió la Sierva de Dios, constatando la ausencia de culto.
Del 26 de mayo al 11 de Junio de 2008 recibimos la visita del Padre Vito Tomás Gómez García O.P., Postulador General de la Orden y de la Causa de la Sierva de Dios María Sara del Santísimo Sacramento, el Padre Francesco Ricci, O.P. Secretario quienes revisaron cuidadosamente la documentación correspondiente al proceso que valoraron en su planteamiento, organización y acierto en su desarrollo y aportaron valiosas orientaciones para el manejo y envío de documentos a Roma.

Ellos, Organizaron y dirigieron el acto canónico de exhumación, reconocimiento y traslación de los restos mortales de la Sierva de Dios María Sara del Santísimo Sacramento y del Siervo de Dios Enrique Alberto Higuera Barrera O.P. en que presidió como Juez Delegado para este acto su Excelencia Mons. Daniel Caro Borda, Obispo de la Diócesis de Soacha, Padre Reinaldo Vargas Peláez, Promotor de Justicia; Dr. José Ricardo Alvarado Sánchez y Padre Jesús Alberto Pinzón, Peritos médicos; Dra. Catalina Zorro Luján, Bióloga-Antropóloga y Señores Neftalí Niño Cifuentes y Jorge Andrés Niño, técnicos y actuaron como testigos oficiales con juramento: Hna. María Amparo Pulido Rodríguez, Srta. Ana María Zambrano Pedroza y Sr. Javier Sánchez Rueda.

Durante el mes de marzo de 2009 el Tribunal en sus sesiones de trabajo revisó detalles confirmó terminado el proceso diocesano y señaló el acto de clausura con la confirmación de su Eminencia para el 11 de mayo de 2009.

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viernes, 8 de mayo de 2009

FUNCIONES EN EL PROCESO

ACTOR
¿QUÍEN ES?
Persona o entidad que es responsable última al promover una causa de canonización. Tiene autoridad para nombrar al Postulador y darle las facultades necesarias para que realice todo lo requerido en el proceso.

¿QUÉ HACE?
· Recoge los documentos relativos al Siervo de Dios
· Nombra al Postulador que debe ser aprobado por las Sagrada Congregación para la Causa de los Santos.

POSTULADOR

¿QUÍEN ES?
Encargado de promover una causa de canonización. Recibe un mandato de su autoridad. Tiene un nombramiento oficial y es reconocido por la Sagrada Congregación para las Causas de Los Santos. Se prepara con un curso específico en Roma.

¿QUÉ HACE?
· Estudia la vida y redacta una Biografía de la Sierva de Dios.
· Recoge los escritos
· Prepara una lista de testigos.
· Presenta al Obispo la solicitud para la introducción de la causa (Supplex Libellus).

OBISPO

¿QUÉ HACE?
· Consulta a la Conferencia Episcopal
· Da a conocer a los fieles la petición y solicita antecedentes
· Pide a censores Teológicos el estudio de los escritos de la Sierva de Dios
· Nombra comisión de peritos en historia y archivística
· Pide a la Santa Sede el Nihil Obstat
· Decreto de la Introducción de la Causa
· Decreto que nombra al Tribunal Eclesiástico Diocesano

Sensores Teológicos: Emiten un juicio teológico a cerca de los escritos publicados de la Sierva de Dios, para ver si no hay nada que se oponga a la fe o buenas costumbres.

Peritos en historia y archivística: Equipo de expertos que estudia y verifica la autenticidad de todos los escritos de la Sierva de Dios. Redacta un perfil de su personalidad emanada de los documentos. Su relación es enviada por el Tribunal a la Sagrada Congregación para las causas de los santos. Son llamados a declarar como testigos de oficio.

Nihil Obstat: Es una comunicación que hace la Sagrada Congregación para las causas de los Santos de que no existe, en la Santa Sede ningún obstáculo para iniciar la causa que se propone. Obtenido este permiso el Obispo podrá iniciar formalmente la causa en su Diócesis.

Introducción: A través de lo cual el Obispo expresa que la causa de canonización tiene un sólido fundamento, que la Iglesia la toma en consideración, que se acoge la petición del Postulador, y que será llevada a un tribunal. Desde ese momento, todos los actos tendrán valor judicial y la candidata puede llamarse Sierva de Dios, pero no se le tributa culto alguno.

Tribunal Eclesiástico: Autoridad máxima en la fase Diocesana. Lo integra el Juez Delegado, el Promotor de Justicia y las notarias. Sesiona recibiendo las declaraciones de los testigos de visu y de oficio. Recoge el informe final sobre la autenticidad de todos los escritos de la Sierva de Dios y el perfil de personalidad que de allí se desprende. Eleva un informe final al Obispo de la Diócesis. Remite toda la documentación a Roma.

Juez Delegado: Representa al Obispo de la Diócesis donde se instruye la fase Diocesana. Debe ser sacerdote experto en Teología y en Derecho Canónico. Preside el Tribunal Eclesiástico y llama, por su propia iniciativa otros testigos de oficio.

Testigos de Visu. (De vista) Quienes han conocido, compartido o vivido con el Siervo de Dios. Dan su testimonio ante el Tribunal Eclesiástico, previo juramento de fidelidad a la verdad.

FASE DIOCESANA

Sesiones para la declaración de testigos

Ø Actas Procesales: Documento que contiene todas las declaraciones de todos los testigos citados por el Tribunal Eclesiástico Diocesano. Las originales llevan la firma del testigo y las copias van autenticadas por un notario en cada folio. Una vez aceptada la prueba documental pasa a ser parte también de estas actas.

Ø Documentos personales del Siervo de Dios. Son la Partida de Bautismo, Cédula de Identidad, Acta de profesión religiosa (si pertenece a alguna comunidad) o de ordenación sacerdotal, partida de defunción. Prueban la existencia histórica del candidato a la canonización.

Ø Escritos y pruebas de su autenticidad
Ø Prueba documental. Investigación e informe completos realizado por la comisión de peritos en historia y archivística y entregados por el presidente de dicha comisión al tribunal. Antes de cerrar la fase diocesana. Toda esta documentación se remite a Roma, para continuar con la siguiente fase del proceso.

Ø Declaración de Super Non Cultu. Declaración del Obispo donde se inició el proceso. Se envía junto con las actas a la Sagrada Congregación respecto de la observancia del Decreto del Papa Urbano VIII respecto la ausencia de culto que se brinda al Siervo de Dios, en relación a los signos encontrados en la inspección a la tumba, el lugar donde habitó y otros lugares en donde se podría dar culto en su honor. Verifica que no hubo un adelanto al juicio de la Iglesia.

Ø Decreto de publicación de Actas Procesales. Lo emite el Juez Delegado para que el Promotor de Justicia y el Postulador puedan leer todas las actas del proceso y tengan la posibilidad de pedir o presentar nuevas pruebas, documentos o testigos en algún punto importante, controvertido u oscuro.

Ø Trasunto. Todas las actas originales escritas durante el proceso deben quedar en los archivos de la curia diocesana. Por eso, es necesario preparar copias para enviar a la Sagrada Congregación para las causas de los Santos. Se envían dos ejemplares. La copia auténtica de estos originales se llama trasunto.

Ø Instrumentum Clausurae: Declaración en la que el notario da fe de que fue cerrado el proceso y que toda la documentación fue presentada y entregada al Postulador para que la lleve a Roma. Forma parte de la sesión de clausura de la fase diocesana del proceso. Aquí cesan las funciones del tribunal eclesiástico diocesano.


FASE ROMANA

Ø La SCCS examina si lo recibido es según las normas

Ø RELATOR. Redacta la Positio, documento que será presentado a consultores expertos en Teología para que estudien las cuestiones teológicas controvertidas, la autenticidad de las virtudes vividas en grado heroico por el Siervo de Dios y den su voto escrito.

Ø CARDENALES Y OBISPOS. Emiten su juicio

Ø SUMO PONTIFICE: Declaración de santidad de vida y heroicidad de virtudes.
Ø Un milagro
Ø Exhumación y reconocimientos de restos mortales
Ø Beatificación
Ø Nuevo milagro
Ø Canonización.




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viernes, 1 de mayo de 2009

FASES DEL PROCESO

FASE DIOCESANA

El 08 de Octubre de 2001 se concede el Nihil Obstat por la Santa Sede, para empezar el proceso de canonización en el Arzobispado de Bogotá. El 12 de Septiembre de 2002 en la celebración del Centenario Natalicio de la Madre María Sara en la Catedral Primada de Colombia, fue leído solemne y públicamente el decreto Introductorio de la Causa junto con el nombramiento del Tribunal.

La apertura del proceso de la causa de canonización de Madre Sara, tuvo lugar el día primero de Octubre de dos mil dos (2002-10-01), en acto especial celebrado en el Palacio Episcopal, en la Capilla de la Anunciación y presidido por el Excelentísimo Mons. Olavio López Duque, Obispo Auxiliar de Bogotá, Vicario General de Religiosos de la Arquidiócesis, y Delegado del Eminentísimo Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, Arzobispo de Bogotá. En esta sesión los miembros del Tribunal, dieron el juramento de cumplir fielmente su oficio, se aceptó la lista de testigos presentada por el Vicepostulador, Ilustrísimo Mons. José Ignacio Ortega Franco, y se señaló el lugar y fecha para iniciar el examen de los testigos, (2002-12-02). En esta sesión actúo como Notario el Canciller de la Curia, Reverendo Padre Alberto Forero. Acompañaron las Hermanas de Consejo General.

Celebrada esta primera sesión, llamada “de primordialibus”, quedó instaurado canónicamente el proceso.

Se han escuchado a 28 testigos de visu y 8 testigos de oficio para un total de 36 testigos sin contar 22 testimonios recibidos en la etapa extraprocesal que fueron incorporados al proceso en su momento oportuno.

El 13 de Septiembre de 2006 el tribunal recibe del Vicepostulador la prueba documental y aceptada fue introducida al proceso.

El 5 de febrero de 2008 el Tribunal Eclesiástico visita la tumba y lugares en que vivió y murió la Sierva de Dios, constatando la ausencia de culto.

Del 26 de mayo al 11 de Junio de 2008 recibimos la visita del Padre Vitto Tomás Gómez O.P., Postulador General de la Orden y de la Causa de la Sierva de Dios María Sara del Santísimo Sacramento, el Padre Francesco Ricci, O.P. Secretario. Ellos revisaron la documentación correspondiente al proceso, la valoraron en su planteamiento, organización y acierto en su desarrollo. Aportaron valiosas orientaciones para el manejo y envío de documentos a Roma. Organizaron y dirigieron el acto canónico de exhumación, reconocimiento y traslación de los restos mortales de la Sierva de Dios María Sara del Santísimo Sacramento y del Siervo de Dios Enrique Alberto Higuera Barrera O.P.

Durante el mes de marzo de 2009 el Tribunal en sus sesiones de trabajo revisó detalles confirmó terminado el proceso diocesano y señaló el acto de clausura para el 11 de mayo de 2009.

FASE ROMANA

Realizada la clausura del proceso diocesano los documentos serán enviados a Roma a la Congregación de las Causas de los Santos para consignar el proceso.

Apertura en la Chancillería de la Congregación. Se estará a la espera del decreto de validez jurídica del proceso diocesano. Se trata del estudio de las actas del proceso, hecho por un experto de la Congregación para las Causas de los Santos, quien busca establecer si el Proceso Diocesano estuvo hecho conforme al Derecho y a las Normas de la Iglesia.

La fase siguiente consistirá en la elaboración de una «Positio» bajo la coordinación de un relator nombrado por la Congregación de las Causas de los Santos.

La «Positio» tiene por finalidad probar la vida, virtudes y fama de santidad de la «Madre Sara». Tendrá que someterse a examen y aprobación de un grupo de consultores o censores teólogos y de un grupo de obispos y cardenales.

El proceso «super miro» —sobre milagro— será la fase previa a la beatificación.

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PROCESO DE CANONIZACIÓN SIERVA DE DIOS MARÍA SARA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO


1988. El Capítulo General de este año, ordenó estudiar la posibilidad de instaurar la Causa de Canonización de la Madre María Sara Alvarado Pontón, Fundadora de la Congregación de Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth.

1989. Se dan los primeros pasos:
a. La Superiora General Madre Gema del Sagrario Mahecha Ordoñes, acompañada de la Hna. María Amparo Pulido Rodríguez, viaja a Roma para pedir asesoría a cerca del proceso. Logró la entrevista con el Reverendo Padre Tarsicio Pícari, O.P., Expostulador General de la Orden de Predicadores para la Causa de los Santos. Su asesoría fue completa, ofreciéndose a venir personalmente para orientar todo lo correspondiente al archivo de documentos y otros.

b. Del cuatro al diez y ocho de octubre el Reverendo Padre Tarsicio Pícari, O.P., visita nuestra Casa General, en Bogotá, Colombia, y bajo su orientación: se hizo la selección de documentos; dio las instrucciones necesarias sobre la organización de los mismos; se elaboraron diferentes fichas modelo y se hizo un listado de tareas a realizar a corto y mediano plazo; y como resultado final de este trabajo se elaboró el Perfil Biográfico de la Madre Fundadora, el que se imprimió y entregó a la Congregación.

c. El treinta y uno de octubre se llevó a cabo la primera entrevista con el Excelentísimo Señor Mario Revollo Bravo, Arzobispo de Bogotá con el fin de consultar lo pertinente al asunto y solicitar la debida autorización. Como resultado de dicha entrevista se elaboró una circular que fue enviada a toda la Congregación con la orden, a las Hermanas, de entregar la correspondencia y objetos pertenecientes a la Madre Fundadora. La respuesta fue positiva y se incluyó todo en el archivo y/o museo.

d. El diez de diciembre, con el fin de contribuir en la organización de los materiales se hizo el nombramiento de una comisión ampliada y con responsabilidades bien definidas.

1990. La Superiora General, en carta fechada el cinco de febrero, de conformidad con las orientaciones dadas por el Expostulador General de la Orden, solicitó, con miras a una futura investigación sobre la vida, virtudes y fama de santidad de la Madre María Sara Alvarado Pontón, Fundadora de la Congregación de Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth, y para que no desaparecieran las pruebas, fueran examinados extraprocesalmente los principales testigos de visu.

El día nueve de febrero se presentó ante la Curia Arzobispal de Bogotá la lista de veintidós testigos que debían ser examinados extraprocesalmente. Junto con ésta también fue presentado el interrogatorio para testigos de visu sobre la vida, virtudes y fama de santidad de la Madre María Sara Alvarado Pontón, elaborado y presentado por el Promotor de Justicia de acuerdo a las normas y orientaciones dadas por el Expostulador General de la Orden y las directrices de la Sagrada Congregación (fóm. 12) consignadas en el Manual para Instruir los Procesos de Canonización, de Romualdo Rodrigo.

El veintiocho de marzo el Excelentísimo Señor Mario Revollo Bravo, Arzobispo de Bogotá y el Canciller, Reverendo Padre Germán Isaza, mediante Decreto No.318 del 28 de Marzo de 1990, nombraron al Revendo Padre Germán Correa Miranda, O.P., Promotor de Justicia y a la Hermana Fanny Aurora Parra Pérez, D.N., Notaria, con el fin de examinar, bajo juramento y extraprocesalmente a los principales testigos de visu sobre la vida, virtudes y fama de santidad de la Madre María Sara Alvarado Pontón, Fundadora de la Congregación de Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth.

El día cinco de Abril comparecieron ante el Tribunal Eclesiástico de la Curia Arzobispal de Bogotá el Reverendo Padre Germán Correa Miranda, O.P., Promotor de Justicia y la Hermana Fanny Aurora Parra Pérez, D.N., Notaria, con el fin de tomar posesión solemne de sus oficios encomendados y con juramento grave de causa, se comprometieron en el trabajo a realizar en presencia del Reverendo Padre Germán Isaza, Canciller Arzobispal. El Acta de posesión fue levantada y firmada por el Canciller de la Curia Arzobispal.

Desde entonces, se comenzó el trabajo con gran interés en la recolección de testimonios extraprocesales. Para ello: El Promotor de Justicia y la Hermana Notaria, de acuerdo a la lista de testigos aprobada por la Curia Arzobispal, fueron seleccionando las personas a quienes se citarían en las fechas programadas, comunicándoles a través de una carta de citación.

Hecho el interrogatorio, se transcribía y se leía al testigo dándole oportunidad de añadir, quitar o corregir lo que él creyera oportuno. Luego el testigo, ratifica bajo la gravedad de juramento haber dicho la verdad y firma a continuación. Igualmente firma el Promotor de Justicia y la Notaria, cada uno con su respectivo sello.




1994. Los veintidós testimonios extraprocesales fueron llevados a la Curia Arzobispal quedando herméticamente sellados y archivados, para ser incorporados al proceso de la Sierva de Dios cuando esté constituido el Tribunal. Se conserva el Acta de entrega firmada por la Hermana Notaria.

De los veintidós testimonios, fueron interrogados extraprocesalmente:
· Tres Sacerdotes Canónigos
· Un Sacerdote Religioso de la Orden de Carmelitas Descalzos
· Un Sacerdote Religioso de La Sociedad del Divino Salvador
· Una Religiosa, Fundadora de la Congregación de Hermanas Dominica de Betania, Fundación Colombiana.
· Una Religiosa, Superiora Federal Visitandina.
· Ocho laicos seglares
· Siete Religiosas de las Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth, por ella fundadas.

PARA UN TOTAL DE VEINTIDOS TESTIGOS DE VISU.

1995. Nombramiento de una Comisión de Peritos en Historia y Archivística. El Excelentísimo Señor Pedro Pubiano Sáenz, Arzobispo de Bogotá, mediante Decreto No.40 del 9 de Octubre de 1995, nombra una Comisión de Peritos en Historia y Archivística, conformada por el Excelentísimo Monseñor Agustín Otero Largacha, O.A.R., Presidente y por los Reverendos Padres Tito Belisario Murcia Florián, O.P., y Nelson Alfonso Medina Ferrer, O.P., y por las Reverendas Hermanas Fanny Aurora Parra Pérez y Carmen María Yepes Mespleig. Dicha Comisión recogió todos los escritos y documentos atribuidos a la Madre María Sara Alvarado Pontón y todos aquellos documentos que tuvieron relación con la misma o con el Instituto por ella fundado, para someterlos a una rigurosa investigación.

Octubre 26: Ante el Señor Canciller del Arzobispado, emitida la profesión de fe y presentado el juramento de fidelidad, tomaron posesión canónica (del oficio) como miembros de la Comisión de peritos en historia y archivística, dentro de la Causa de Canonización de la Reverenda Madre María Sara Alvarado Pontón, los miembros de la Comisión aludidos arriba. Firma el acta el Reverendo Padre Alberto Forero Castro, Canciller.

En su tarea de investigación, la Comisión preparó un estudio crítico, tanto de los escritos de la Madre María Sara Alvarado Pontón, como de los documentos que tuvieron relación con ella.

1996. El quince de abril de mil novecientos noventa y seis, la Comisión Diocesana terminó el trabajo y presentó su informe juntamente con un juicio favorable, sobre la autenticidad y valor de los documentos y sobre la figura de la Madre María Sara Alvarado Pontón, tal como aparece en sus escritos y en la documentación relativa a la misma, al Señor Arzobispo de Bogotá. Se levantó el acta de entrega firmada por la Hermana Fanny Aurora Parra Pérez, miembro de la Comisión Diocesana.

2000. (17 de Julio) Nombramiento de Postulador Diocesano: Según las leyes o “Normae servandae in inquisitionibus ab Episcopis faciendis in Causis Sanctuorum” (No.1-4), promulgadas en la fecha del 25 de Enero de 1983 por la Congregación de las Causas de los Santos, la Congregación de Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth, como ACTOR de la Causa, nombró POSTULADOR DIOCESANO al PADRE INNOCENZO VENCHI, O.P., Postulador General de la Orden de Frailes Predicadores, con la aceptación y aprobación del Excelentísimo Señor Pedro Rubiano Sáenz, Arzobispo de Bogotá. Este nombramiento fue, igualmente, aceptado por el PADRE INNOCENZO VENCHI, O.P.

18 de Agosto: Fray Innocenzo Venchi, O.P., Postulador General, presentó al Excelentísimo Señor Pedro Pubiano Sáenz, Arzobispo de Bogotá, el “Suplex Libellus” para formalizar la Encuesta Diocesana en la Causa de la Madre María Sara Alvarado Pontón.

19 de Septiembre: El Señor Arzobispo de Bogotá, en carta fechada el 19 de Septiembre de 2000, pidió a todos los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Bogotá su opinión sobre la oportunidad de adelantar esta Causa de Canonización.

2001. 27 de Julio: El Excelentísimo Señor Pedro Rubiano Sáenz, Arzobispo de Bogotá, remitió a Su Eminencia Reverendísima IOSEPHUS SARAIVA MARTINS, C.M.F., Prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, Ciudad del Vaticano, el “SUPPLEX LIBELLUS”, preparado por el Postulador de la Causa de la Madre María Sara Alvarado Pontón, el Reverendo PADRE INNOCENZO VENCHI, O.P., Postulador General de las Causas de la Orden Dominicana, y le informa: “He consultado a todos los Señores Obispos de la Provincia Eclesiástica Bogotana, la oportunidad de proseguir con la citada Causa y he recibido el beneplácito de ellos…” Y solicitó el “NIHIL OBSTAT ex parte Sanctae Sedis”, con el fin de instaurar en esta Arquidiócesis el Tribunal Diocesano correspondiente.
8 de Octubre: Su Eminencia Reverendísima IOSEPHUS SARAIVA MARTINS, C.M.F., en comunicación con fecha 8 de Octubre de 2001, envió al Excelentísimo Señor Pedro Rubiano Sáenz, Arzobispo de Bogotá, el NIHIL OBSTAT, Prot. N. 2432 – 1/

Aquí escribes el resto del contenido que no se vera.

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