jueves, 21 de enero de 2010

VOTOS PERPETUOS 2010

Hermanas: Yoysi Hermila Cango Alejandro, Betty María de Fátima Uchuari Castillo, Myriam Judith Sarango Pinzón, Rosa Katty Lozano Reyes, Ruby Soraida Cuesta Amaya, Pamela Jazmín Duque Lemus, Libia Isabel Rivera Rivera, Alba Luz Bernal Orozco, María Elizabeth Jiménez Armijos, Nini Yohanna Padilla Padilla.

Con el anhelo de hacer las cosas bien, con el corazón firmemente puesto en Jesús de Nazaret y del Sagrario, nos unimos, orando asidua e intensamente para pedir al Señor luz para conocer su voluntad y fortaleza para cumplirla.

Nos enseña la Imitación de Cristo que mientras vivamos, tendremos necesidad de armas espirituales. Si no nos defendemos a cada instante con el escudo de la fortaleza no tardaremos mucho tiempo en ser heridas. Que es necesario buscar no un descanso en esta vida y tampoco una gran tranquilidad sino una gran paciencia. La verdadera paz no en la tierra sino en el cielo, no en las personas, ni en las criaturas, sino solamente en Dios. Importa mucho, mantenernos firmes en la fe hasta el fin.

Amadísimas Hermanas, puesto que todas las vocaciones cristianas proceden de Dios, todas son santas y santificantes. No cabe, pues, decir sino aquello de San Pablo: «Cada uno ande según el Señor le dio y según le llamó... Cada uno permanezca en el estado en que fue llamado» (1Cor 7,17.20), pues «los dones y la vocación de Dios son irrevocables» (Rm 11, 29).

Cada hermana está llamada a confrontar constantemente su FIAT con el de María, dejándose, como Ella, conducir por el Espíritu Santo.

La Santísima Virgen de Nazaret nuestra Madre la sostendrá en su vida de pobreza y la hará disponible a la escucha humilde y sincera del prójimo para percibir en ellos los “gemidos del Espíritu” (Cf Rom 8,26); Ella, la Reina de los corazones le ayudará a acoger el don de la castidad como expresión de un amor más grande; Ella la conducirá siempre por los caminos de la Obediencia evangélica para que se deje guiar por el Espíritu Santo más allá de los propios proyectos, hacia la total adhesión a los designios amorosos de Dios.

Cantemos juntas este bello Himno de Laudes del Jueves
II semana

Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para sanar las almas.

Instrumento de paz y de justicia,
pregonera de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente,
mano que bendice y que ama.

Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar, en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.

Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén.

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